El otro día iba por la calle en bicicleta y en un momento me detuve, y casualmente vi unos puestos de feria ubicada en la comuna de La Florida. La feria era muy pequeña, aproximadamente 10 a 15 puestos. Era de mañana pero no tan temprano, es decir ya estaban establecidos los puestos, pero aún seguían ordenando las frutas y verduras. Circulaban personas ya, pero eran muy pocas, por lo que decidí quedarme a observar cómo funcionaba todo, cada detalle. Desde qué hacen en el tiempo en que no venden, algunos con música, la mayoría sentados, otros ordenando sus puestos, y también fijarme en el tipo de estructuras que utilizan, en este caso la mayoría fierros y lonas para cubrir. Estaba todo muy tranquilo, entonces me acerqué a hablar con una señora para que me diera su opinión y tratar de conocer más a personas como ella. Con toda confianza me contaba que le gustaba trabajar allí, que aunque es un trabajo sacrificado con esfuerzo es posible ganar "buenas lucas", y que ya estaba acostumbrada. No mencionó muchas dificultades del trabajo ya que se le veía muy contenta y tranquila, excepto por el tiempo que demoran en establecer sus puestos, sobretodo cuando no cuentan con mucha ayuda, pero además de esto no nombró más aspectos negativos.
No estuve demasiado tiempo con ella, ya que no había planificado realizar una salida a terreno, así es que me despedí amablemente y le dije que volvería otro día con más tiempo y más preparado.
Sentí que esta experiencia me ayudó mucho en el proceso de la empatía, y me mostró que tienen una gran disponibilidad a colaborar.
Ignacio Poblete